Vía de la Plata a Santiago. Etapa 0

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 1. 2008. De Sevilla a Fuente de Cantos

ETAPA 0.-

Hoy es el día D-1 y a las ocho de la mañana ya estoy en la T-4 esperando el vuelo que me llevará a Sevilla porque lo que parecía una quimera hace unos meses tiene todo el aspecto de que se va a convertir en realidad dentro de poco.
Voy por los pasillos de la Terminal de pasajeros de Barajas con mi mochila colgando de la espalda y aunque me parece lo contrario, nadie se fija en mí. Debe ser una prueba mas de que el Camino de Santiago es interior y quienes pasan por mi lado ni se dan cuenta que eres un “peregrino”.
Quizás le doy más importancia de la que tiene porque también es la primera vez en mi vida que llevo una mochila colgada en un sitio público. Que por cierto, lleva lo mínimo imprescindible y pesa un quintal.
El vuelo, normal. Para mí, como siempre, casi un suplicio que trato de paliarlo con ayuda medicinal y un “transilium” (con prescripción facultativa) me ayuda a pasar el trago.
…
Ya estoy en Sevilla, esperando el autobús urbano que me trasladará cerca de casa.
Los otros “aspirantes a peregrinos” ya llegaron ayer. Ahora están sellando las credenciales porque queremos salir mañana temprano. Por ser el primer día que andaremos hemos pensado hacerlo con un margen de seguridad grande.
…
Por la tarde hemos comprobado el equipamiento una vez más y he dejado alguna camiseta que llevaba de repuesto y el segundo pantalón lo he cambiado por otro que ocupa menos volumen en la mochila.
Al final he elegido la cantimplora que tengo de la mili (y ya hace un buen montón de años) y he dejado la botella de plástico estrecha que compré en IKEA.
Nuestras últimas y no por ello menos importantes preocupaciones están en la previsión meteorológica.
El Instituto Nacional de Meteorología predice un 80% de probabilidad de lluvia en la jornada de mañana y con porcentajes descendentes hasta el 65% en los dos días siguientes.
No es el caso de los niños pequeños que sólo quieren que llueva para estrenar sus botas de goma. Nosotros llevamos ponchos nuevos y nos gustaría guardarlos hasta la próxima sin sacarlos de las fundas.
En este punto decidimos que excepto si en el momento de iniciar la marcha están cayendo chuzos de punta, vamos adelante.
Mañana será otro día y ahora toca irse a la cama y soñar con el camino que nos queda.
Buenas noches.