lunes, 25 de mayo de 2009

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 11

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén

ETAPA 11.- Mérida – Aljucén

Esta noche el Albergue ha estado completo y ello quiere decir que siendo tantos los que deben reiniciar la marcha, desde muy temprano el apagado ruido y los murmullos hacen su aparición en la amplia sala.
Como siempre el aseo es ligero: cara, dientes y pelo. Terminamos de recoger las mochilas y ya estamos andando dirección a los restos del Acueducto de los Milagros porque sabemos que por allí está la salida de Mérida.Cruzamos las vías del ferrocarril con el Acueducto a nuestra derecha y tan pronto encontramos un bar abierto entramos para tomar un desayuno y como casi siempre damos buena cuenta de un café y tostada con jamón con tomate y aceite. Hoy hemos optado por zurrapa de cerdo que es una especie de paté para untar en el pan.

Albergue y Acueducto de los Milagros

La salida de la ciudad se efectúa por una zona poco agraciada. No tiene nada que ver con las maravillosas ruinas de la época romanas que abundan en cualquier rincón. Hay obras pero encontramos fácilmente la carretera hacia el Embalse de Proserpina.
Caminando hacia Proserpina

De momento y durante los próximos seis kilómetros andaremos sobre asfalto y lo más peligroso: por una estrecha carretera con curvas que prácticamente no tiene arcén y los conductores circulan a bastante velocidad. Hay que tener mucha precaución. Salvo ésta situación el recorrido es de dificultad baja en una continua subida no muy dura.
Poco después de los primeros tres kilómetros coronamos al alto y frente a un sencillo crucero hacemos un alto para recuperar fuerzas.
El embalse de Proserpina abastecía de agua la Emérita Augusta romana y hoy es zona de recreo, con merenderos, restaurantes y playa.
Proserpina

Todo está cerrado y salvo un solitario pescador y un grupo de escolares que visitan el dique de sillares, no nos cruzamos con nadie. Después de pasar cerca del puesto de la Cruz Roja (también cerrado) nuevamente circulamos por el asfalto de una carretera con muy poca circulación. Desde lo alto de unos cerros unos bovinos sorprendidos por nuestra presencia nos miran e inmediatamente nos ignoran.
Otros tres kilómetros y medio nos sitúan en un desvío a la izquierda que nos permite abandonar el asfalto para entrar en unas dehesas que ya no abandonaremos hasta el final de la jornada.
Para localizar el sendero tenemos algunos problemas porque la señalización no es muy completa y las flechas escasas.
El sendero

El sendero es muy cómodo y ocasionalmente unas encinas al borde del mismo nos proporcionan sombra que agradecemos sinceramente. En una de ellas, nos sentamos para comer algo de fruta. Otros tres kilómetros y ya tenemos a la vista la población de El Carrascalejo a la que accedemos a través de una calle que como no podía ser de otro modo tiene por nombre Camino de Santiago.
El Carrascalejo

Camino de Aljucén

Mientras avanzamos hacia la Iglesia de la Consolación, justo después del Ayuntamiento, seguimos sin encontrarnos con seres humanos y eso que ya estamos cerca del mediodía. A la salida del pueblo y después de descender una suave cuesta nos detenemos al pie de un viejo crucero que hace de pórtico hacia una buena pista de tierra por la que andaremos poco más de una hora hasta encontrarnos frente al tercer crucero del día y desde el que tenemos una vista general del pequeño pueblo que es Aljucén.
Aljucén
Lo primero que encontramos junto a las primeras casas es un cartel colgante que anuncia unas Termas de las que se hablará posteriormente.
Nos cruzamos con un par de peregrinos conocidos de jornadas anteriores y nos avisan que la única tienda está a punto de cerrar cuando aun no son ni las dos. Y por la tarde no abre.
Ignorantes o confiados, lo cierto es que seguimos hasta el Albergue Annalena que no está completo pero sí bastante ocupado por lo que colocamos las mochilas en las primeras literas que encontramos libres.
Tiene una amplia sala-estar que también se utiliza con camas plegables y tres habitaciones. Dos baños y en el exterior, un patio con cobertizo. Al llegar la noche todos los sitios para dormir están ocupados: lleno total.
Aljucén
Salimos en busca de algún lugar donde comer algo y nos acercamos al Bar Sergio. Entiendo ahora porque es el recomendado en casi todas las guías: es el único en todo el pueblo. Pero desgraciadamente (y no son ni las dos de la tarde) una señora que ni siquiera nos abre la puerta nos grita que ya no dan comidas. Y si queremos cenar tenemos que apuntarnos ahora y volvamos a las siete de la tarde. Como se puede ver, todo facilidades.
Nos vamos al Kiosco El Parque, en la plaza frente a la Iglesia donde con mucha amabilidad nos ofrece a precios muy económico platos combinados a base de dos huevos fritos y opciones de jamón, panceta, chorizo,… a elegir. Para incrementar el gasto, abundantes cervezas muy frías. Volveremos para cenar y entonces la opción será de bocadillos…. Y más cerveza.
Termas
Sobre las cinco de la tarde tenemos reserva en las Termas Aqua Libera. Baños en piscinas de agua fría, templada o caliente y un fantástico “masaje emperador” durante una hora que recibimos en el atrio de la casa.
Habíamos organizado esta sesión como auto homenaje como final de esta fase en nuestro camino a Santiago. Es totalmente recomendable la visita y, por supuesto, el uso de las instalaciones. Por cierto, tiene un apartamento que se puede alquilar para alojamiento.
El pueblo (247 habitantes en el censo de 2007) se hace extraordinariamente pequeño y no hay otra cosa que hacer que dejar pasar el tiempo, lo que no es poco.
Hemos quedado en el Kiosco El Parque con Anna. Es la propietaria de la casa rural La Bóveda y que gestiona el Albergue Privado para peregrinos en el que nos alojaremos esta noche. Nos pone el sello en las credenciales y acordamos la hora en que mañana por la mañana nos recogerá para que, muy amablemente, nos lleve en su vehículo particular hasta las Estaciones de Autobuses y de Ferrocarril de Mérida para regresar a nuestros lugares habituales de residencia.
Porque no recuerdo si lo he dicho antes pero lo cierto es que en este lugar finalizamos esta segunda fase de nuestro camino hasta Santiago de Compostela.
A dormir y buenas noches.

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 10

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén


ETAPA 10.- Torremejía - Mérida

La etapa de hoy puede considerarse como de tránsito. Poco más de dieciséis kilómetros nos separan de un hito importante en la Vía de la Plata, como fue Emérita Augusta y hoy capital de Extremadura.
Después de desayunar en el mismo Hotel Millenium (incluido en el precio del alojamiento) han pasado algunos minutos de las siete de la mañana cuando iniciamos la marcha.
Hoy somos cuatro los peregrinos que caminamos juntos porque se ha unido al grupo Mayse. Desde Jerez de la Frontera se ha desplazado hasta Torremejía para reiniciar su andar porque hasta ahora la ha hecho con la Asociación de Amigos del Camino de Sevilla, en jornadas organizadas algunos fines de semana.
Es seguidora de este blog desde sus inicios, allá por septiembre del pasado año. Siguiendo nuestros proyectos decidió apuntarse y aquí está. ¡Bienvenida y Buen Camino!
En el Hostal Milenium y los primeros pasos del día
Los primeros kilómetros se van pasando mientras nos movemos por pistas de tierra paralelas a la N-630. No resulta demasiado incomodo excepto algunos tramos embarrados por las últimas lluvias.
El perfil es llano y con ligera pendiente negativa lo que facilita ganar distancia rápidamente por lo que a la hora después del inicio, estamos cruzando un paso a nivel sin barreras y continuamos en busca de un desvío que nos situará sobre el asfalto de la carretera nacional.
Los campos y el tren

Afortunadamente sólo son poco más de dos mil metros cuando de nuevo estamos en el camino de tierra que ya no abandonaremos hasta nuestro destino: Mérida.
Viñas y cereal nos rodean cuando seguimos avanzando después de dejar la carretera asfaltada y a un paso bastante aceptable.
Desde hace un par de día estamos observando que en muchos sitios coincide la flecha amarilla que nosotros seguimos junto a otra verde que indica el sentido contrario. Hoy hemos descubierto que es la indicación que ayuda a quienes marchan de romería hasta el Rocío en Almonte.

Llegando a Mérida
Son las diez de la mañana cuando en la lejanía y entre olivos podemos divisar las manchas blancas que corresponden a las edificaciones de la ciudad.
Pero como siempre, los últimos metros parecen interminables. Además, la entrada a Mérida se hace atravesando zonas en obras y cementeras cuya vista no es muy bella, que digamos.
Por fin, pasadas las once de la mañana estamos frente al Puente Romano sobre el río Guadiana que atravesamos con alegría crecida sabiendo que al otro lado encontraremos el Albergue.

Puente Romano sobre el Guadiana y la entrada en Mérida

La Loba con Rómulo y Remo nos da la bienvenida en la otra orilla y después de unos metros caminando por el paseo que bordea el río divisamos el Albergue de Peregrinos “Molino de Pan Caliente”.

Albergue de Peregrinos "Molino de Pancaliente"
Nos registramos y ocupamos nuestras camas sólo para dejar las mochilas porque es hora de cierre hasta después del mediodía.
Ocupa una antigua edificación que fue (lo dice su nombre) un Molino. Bien rehabilitado todavía fluye el agua por debajo y se encuentra situado en un parque al borde del río. Es muy tranquilo y relajante. Dos aseos con ducha y sala con literas muy amplia. Quizás faltaría una cocina y alguna sala que hiciese las veces de comedor.
Por la noche estará completo en todas sus plazas.
El entorno del Albergue
Nos vamos a dar una vuelta por Mérida pero no hacemos una visita turística: el templo de Diana, la Plaza de España y el Acueducto de los Milagros y buscamos algún lugar para comer. Elegimos el restaurante Casa Benito (al lado está el mesón del mismo nombre, si se prefiere tapear), junto al Mercado y lo cierto es que comimos bastante bien y a precio razonable.
Aprovechamos para pasarnos por la estación de RENFE y comprar el billete de tren que me llevará pasado mañana hasta Madrid. El resto de expedicionarios vuelven a Sevilla en autobús.
Poco después de las cuatro de la tarde estamos de regreso y después de hacer una ligera colada aprovechamos la soleada tarde para descansar pegados a la pared, como las lagartijas al sol.
Tomando el sol
Ya empieza a oscurecer cuando cenamos alguna fruta que compramos por la mañana, dado que la comida del mediodía ha sido un “homenaje” y no hay sitio para más.
Tampoco hay tiempo para mas y nos vamos dormir preparándonos mentalmente para la etapa de mañana, última de ésta segunda fase.

viernes, 15 de mayo de 2009

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 9

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén


ETAPA 9.- Villafranca de los Barros – Torremejía

Parte de la noche la he pasado escuchando el permanente ruido de la lluvia al golpear con los tejados y pensando en la larga etapa que nos espera el día que ya estamos disfrutando.
Como previsores que somos y considerando que la jornada tendrá más de 27 km y una duración superior a las siete horas, nos hemos propuesto salir temprano y las seis de la mañana es una buena hora para que suene la diana matutina.
Una lavada de cara, recoger los últimos elementos dentro de la mochila y cuando todavía no ha amanecido estamos atravesando el patio interior en busca de Paqui, la dueña de la pensión que acordó prepararnos algo para desayunar.
No hay nadie mas despierto en toda la casa y todo está extremadamente oscuro. Voluntariamente, hacemos un poco de ruido y aparece nuestra anfitriona directamente desde la cama y pidiendo disculpas por el retraso.
Con un enorme café con leche y una enorme tostada aderezada con aceite nos sentimos algo más despiertos. Pagamos los 15 Euros por persona que habíamos acordado y después de sellar la credencial nos despedimos y salimos a la calle.

Ermita de la Coronada (Villafranca) y los primeros pasos del día
A estas horas no nos cruzamos con nadie y sólo las primeras luces del día acompañan nuestros pasos mientras pasamos junto a la Iglesia de Ntra. Sra. del Valle cuando atravesamos el pueblo a la búsqueda de la Ermita de la Coronada.
La mañana está fría y la humedad se cala hasta los huesos, consecuencia de las lluvias que han estado cayendo continuamente durante las últimas horas.
Cruzamos una carretera asfaltada para meternos en una amplia y bien cuidada pista agrícola que nos aleja de Villafranca.
Grandes extensiones de viñas nos rodean mientras el cielo está lleno de oscuras nubes que no amenazan lluvia.


Nubes, humedad, frío y viñas en Tierra de Barros
Una hora después estamos en la desviación a la izquierda que nos saca de la pista para meternos en un camino embarrado y que nos hace perder la noción del tiempo por la lentitud que tenemos que llevar con las botas y los bastones llenos de barro.
Nos adelantan varios peregrinos, algunos que se mueven como motos en este intransitable sendero.
Al cabo de un buen rato durante el que recorremos unos tres kilómetros y medio, salimos de nuevo a una buena pista, compactada para un cómodo andar.Con un vecino que está comprobando el estado de sus cepas charlamos unos minutos y mientras procuramos aligerar el peso que el barro nos está añadiendo en las botas, nos cuenta que la pista en la que nos encontramos conecta con la que abandonamos para meternos en el fango. Requiere un recorrido adicional pero creo debería indicarse la opción como alternativa para días de lluvia y los posteriores en los que se prevé barro hasta los tobillos.

Pista agrícola y desvío al Camino El Chaparral; Pruebas de la lluvia caída
Seguimos nuestro caminar pero ahora un poco más alegres porque el piso es compacto y nuestros pasos cunden bastante.
A la media hora y tras cruzar un arroyo encontramos la señal que nos indica estamos sobre la antigua calzada romana. Comprobamos nuestro plano de bolsillo y ya sólo nos quedan poco mas de diecisiete kilómetros que tendremos que recorrer en sobre una interminable recta a cuyos lados podemos observar extensiones inacabables de tierras de labor.
Evitamos el desvío hacia Almendralejo y una vez pasada la depuradora que dejamos a nuestra derecha hacemos un alto para degustar unos bocadillos y algo de fruta. Ya estamos en el cruce del Camino con la carretera que lleva a Alange.
Allí coincidimos con la pareja formada por la asturiana y el alemán que citaba en la etapa de Fuente de Cantos a Zafra y un francés y un alemán que nos adelantaron como flechas en el tramo embarrado.
Una vez realimentados y algo descansados continuamos camino a Torremejía. La marcha es bastante suave y como es domingo nos cruzamos con grupos de cicloturistas que han salido de marcha y algunos otros que aprovechan el día de descanso para hacer algo de deporte.

Viñas y el interminable paisaje cerca de Almendralejo
Viñas, cereales y olivos nos acompañan en este último tramo que acaba cuando atravesamos un arroyo y unas señales nos sacan hacia un estrecho sendero a la izquierda.
Allí están nuestra asturiana y su pareja con dudas por donde seguir. Tratamos de convencerles de salir del camino ancho pero el alemán, como buen teutón no lo tiene explicado en su guía y decide seguir adelante. Ya no les hemos vuelto a ver.
Subimos una ligera cuesta y al fondo ya vemos nuestro destino por hoy al que llegamos tranquilamente después de atravesar por debajo las vías del tren gracias a un puente que parece puesto a propósito.

Las flores que animan al caminante

Tenemos un teléfono de contacto para pernoctar en un “albergue privado” pero después de la experiencia en Villafranca nos hemos decidido por lo seguro y vamos directamente al Hostal Millenium. Ya había hablado con ellos y en la recepción Manoli nos atiende cordialmente con un trato perfecto. Precio especial para peregrinos: 15 Euros desayuno incluido.
La habitación individual, pequeñita pero con cuarto de baño completo (champú, gel de ducha y peine incluido) tiene TV y aire acondicionado. Un sitio perfecto para descansar.
Como consideramos que la comida del mediodía la hicimos en el descanso cerca de Almendralejo nos vamos directamente al imprescindible aseo y la necesaria siesta después de una marcha de poco mas de siete horas.
Sobre la media tarde bajo y en la cafetería me encuentro con Mayse. Es una seguidora de este blog desde sus primeras entradas y conocedora de nuestra planificación se ha apuntado para marchar juntos los próximos dos días. Mientras tomamos un café comentamos experiencias del Camino (ella es mas experta en estos menesteres) y hablamos sobre los planes que tenemos de cara al futuro.
Pasa la tarde y desgraciadamente el Asador que está frente al Hostal y en el que pensábamos darnos un homenaje está cerrado (domingo por la tarde y romería en el pueblo) así que cenamos en la cafetería una cadereta recalentada y nos vamos a las habitaciones para finalizar el día y pensar en el de mañana.
Buenas noches.