martes, 11 de noviembre de 2008

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 2

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 1. 2008. De Sevilla a Fuente de Cantos

ETAPA 2.- Guillena – Castilblanco de los Arroyos

Son casi las nueve y media cuando una vez tomado el desayuno en el Bar Poli (donde tienen la llave del albergue y te sellan la credencial) nos ponemos en marcha.
Esta pasada noche ha llovido aunque ligeramente según las pruebas que han quedado en el suelo en forma de charcos. Sin embargo ahora, siguiendo con la suerte de ayer el cielo está totalmente despejado y no hay nube en el cielo que amenace con mojarnos.
Después de cruzar la Ribera de Huelva todavía en las últimas casas del pueblo, nos desplazamos a lo largo de un camino que discurre junto a viviendas unifamiliares, con su huerta y todo.
Los márgenes de este camino que vamos recorriendo son auténticos vertederos. Botellas, plásticos, escombros y residuos de todo tipo dan a la zona un aspecto asqueroso.
Ya fuera de la zona habitada entramos en un polígono industrial y que es el paso previo a la entrada en la Cañada Real de las Islas.
Ahora es cuando parece que empieza el “camino”. Campo, verde y kilómetro tras kilómetro rodeado en ambos lados por miles de olivos.
El paisaje es, dentro de su belleza, un tanto monótono y sólo roto por las ruinas de una torre en medio de un cortijo abandonado.

Cruzando la Ribera de Huelva; Cañada Real de las Islas; El horizonte y la torre

Caminando

Del olivar estamos pasando al bosque mediterráneo y la jara y las encinas llenan los bordes de un sendero que ya está dentro del Cortijo del Chaparral donde las reses, bravas o no, y algunos caballos pacen tranquilamente en las dehesas.
Nos estamos acercando a la Sierra Norte de Sevilla.
Tras pasar por varias cancelas (que cuidadosamente dejamos cerradas) se llega a un camino forestal que termina en la carretera A-8002 que discurre entre Sevilla y Castilblanco de los Arroyos.
Un miliario tipo monolito nos introduce tras un giro a la izquierda, en el asfalto de la carretera durante unos metros y rápidamente pasamos al arcén derecho en busca de un camino muy estrecho que está prácticamente oculto por la hierba pero bien señalizado por las inevitables flechas amarillas.

Descanso en el camino; Cuatro km hasta Castilblanco; Vista desde la terraza del Albergue
Poco menos de cuatro kilómetros nos restan para llegar a Castilblanco donde nos espera el Albergue Municipal al que llegamos unas cinco horas después de salir de Guillena.
Las llaves se recogen en la gasolinera cercana. Hoy no ha hecho falta porque estaban limpiando a fondo la “gracia” de anónimos visitantes que la noche anteriores entretuvieron en descargar los extintores sobre camas y colchones, dejándolo todo inutilizable. Y parece ser que no es la primera vez.
Hay una parte del Albergue que ya está preparada por lo que tomamos posesión de las correspondientes literas para ir depositando nuestro equipaje mochilero.
Una buena ducha con agua caliente y nos vamos al Restaurante “El Algabeño” que está justamente frente a la gasolinera. Por 7€ nos tomamos un “menú del peregrino” (y que es el mismo para los no peregrinos y al mismo precio) con comida casera. Sopa calentita, carrillada de cerdo regada con cerveza, flan y café.
Después, la inevitable siesta reparadora.
Ya está casi oscurecido (y no son mas que las cinco de la tarde) cuando salimos a dar un paseo. La temperatura ha bajado, como corresponde a la zona de la Sierra en que nos encontramos y además, el cielo está cubierto de nubes un tanto oscuras.

Iglesia del Divino Salvador y Ayuntamiento de Castilblanco de los Arroyos
Paseamos por las calles de la parte antigua del núcleo urbano y nos acercamos al Ayuntamiento y la Iglesia del Divino Salvador, de estilo mudéjar pero muy reformada recientemente. Está cerrada por lo que nos tenemos que conformar con ver su exterior.

Definitivamente nos tomamos unas ligeras raciones acompañadas de cerveza y a la vista que no hay casi nadie por las calles, la temperatura está bajando así que paseando nos vamos acercando al albergue donde nos encerramos a eso de las nueve de la noche.

Mañana nos espera un día complicado.

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