lunes, 17 de mayo de 2010

Otra vez de regreso a casa

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 4. 2010. De Cañaveral a Fuenterroble de Salvatierra
Antes de las siete de la mañana el Albergue está como si los que hemos dormido en él nos hubiesemos vuelto locos. Se ha iniciado una carrera para ver quien sale el primero camino de San Pedro de Rozados y todos tratamos de llenar el estómago con un tazón de café con leche que nos está preparando Giovanni.

No es nuestro caso porque regresamos a Madrid. Anoche nos dijeron que es conveniente estar poco después de las siete de la mañana frente al mesón Pesebre y para allí nos vamos.

Somos los primeros pero no los únicos que tomaran el autobús. Poco después llega una pareja alemana que regresa a casa muy triste porque les avisaron de la muerte de su perro. Por último, el grupo de cuatro italianos con los que venimos coincidiendo en los albergues desde la etapa que finalizó en Carcaboso.

Pasadas las siete y media, el autobús de CEVESA aparece por la calle Larga y los nueve viajeros ocupamos nuestros asientos mientras el vehículo enfila la carretera que lleva a Guijuelo. Después hacia Avila pasando por Piedrahita, donde hay una especie de "hub" en el que coinciden varios autobuses de la Empresa y donde se intercambian pasajeros para optimizar las rutas.

Durante el trayecto, ya estamos planificando como llegar a Salamanca: un viernes por la tarde volvemos a Fuenterroble, el día siguiente nos vamos hasta San Pedro de Rozados para un domingo alcanzar Salamanca y regreso inmediato a Madrid. Ya veremos cuando puede ser.

Entre sueños cortos se nos pasa el viaje bastante rápido y pasan unos minutos de las diez y media cuando estamos comprando el billete de cercanías que nos llevará al punto final de éste viaje: Alcalá de Henares.

domingo, 16 de mayo de 2010

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 21



De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 4. 2010. De Cañaveral a Fuenterroble de Salvatierra

Etapa 20.- Calzada de Béjar – Fuenterroble de Salvatierra

El desayuno no estaba incluido en el precio del alojamiento pero por 3€ adicionales nos hemos tomado la clásica leche con café o cola cao, zumo de naranja y tostadas.
El albergue ha tenido buena ocupación esta noche: dos australianas y muchos italianos, un oriental, varios holandeses y alemanes y cuatro españoles. Así que como suele ser habitual, cuando nos levantamos ya está el ambiente alborotado y algunos de los peregrinos han partido y nosotros lo hacemos cuando son las siete y media. Cruzamos Calzada por la calle que parte en dos el dormido pueblo y en la que se puede contemplara la arquitectura propia de la zona.


Y de esta manera nos situamos en el sendero que nos llevará hasta Valverde de Valdelacasa caminado ocho kilómetros y medio totalmente llanos y para los que necesitamos unas dos horas entre pastizales con tranquilas vacas también desayunando.

Como todavía no hace calor, el recorrido se hace en cómodo andar y varios miliarios nos recuerdan que transitamos sobre lo que fue la calzada romana. Sólo el vadeo del río Sangusín nos presenta alguna dificultad.

Uno de los cruceros que rodean la localidad nos da la bienvenida a la pequeña población de unos 65 habitantes, poco antes de llegar frente al Albergue Casa Nenúfar que aparece cerrado quizás por falta de peregrinos. Poco después la Iglesia, que como no podía ser de otra forma está dedicada a Santiago Apóstol.

Cruzamos el pueblo para seguir nuestro camino y un curioso monumento al peregrino nos despide justo cuando otra vez el asfalto, en subida y con calor nos va a acompañar durante los próximos cuatro kilómetros. Poco o nada que contar.

Pensamos hacer un alto en Valdelacasa pero no nos apetece subir hacia el barrio alto y por la parte baja todo está cerrado por lo que seguimos callejeando y ya a la salida entramos en una pista asfaltada para hacer la última parte de la jornada.
A la sombra de unos árboles tomamos algo de fruta y retomamos el andar durante un kilómetro y medio hasta que encontramos una salida a izquierda, en una zona con varias señales amarillas hacia varias direcciones, incluso borradas, que nos hacen dudar.
Pero avanzamos 500 metros y encontramos un cruce donde confluyen indicaciones de la ruta GR-100, la Vía de la Plata, la Cañada Real Soriana,…

Iniciamos el que creemos último tramo de la etapa iniciando una subida para encontrarnos a la derecha lo que alguien ha llamado “Bosque del Peregrino”: un miliario, un chozo caído y un anuncio de un equipo de baloncesto de Salamanca.
Robledales secos con muy mal aspecto nos escoltan hasta que nos aproximamos a la carretera que lleva a Fuenterroble.

En el cruce, unas flechas nos indican que debemos caminar por la carretera aunque después nos percataremos que era posible continuar por un camino de tierra que vamos observando a la izquierda hasta que 5 horas después de iniciar la jornada estamos frente al Albergue parroquial.



El hospitalero Giovanni nos sella la credencial y nos acompaña a una de las salas que sirve de dormitorio. Esta tiene 18 camas en literas, baños y aseos, todo casi nuevo y realmente es muestra de la hospitalidad con los peregrinos que ofrece el párroco Blas Rodríguez. Muy bien todo.

Preparamos los sacos en las literas, nos aseamos y nos vamos en busca de algún sitio donde comer. En el Mesón El Pesebre preparan menú para el peregrino y allí tratamos de saciar nuestro apetito.
Un rato tumbado en la cama y mientras los otros dos caminantes siguen durmiendo me voy a visitar el pueblo.

En la iglesia de Santa María la Blanca, de sólidas piedras, destaca la torre con una escalera de caracol exterior, así como un pequeño parque temático en un lateral que muestra como era la construcción de las calzadas romanas.

Ya el equipo al completo, tomamos en consideración finalizar esta fase aquí. De otro modo acabaríamos en San Pedro de Rozados y el retorno futuro sería mas complicado por cuestiones de transporte. Por si fuese poco el motivo, unas nubes negras nos ayudan a tomar la decisión mas acertada.

El Albergue está lleno de peregrinos y aún por la tarde ya avanzada siguen llegando, especialmente los ciclistas que hacen jornadas muy extensas.
Nosotros nos dedicamos a las escasas distracciones que ofrece el pueblo y después de cenar nos vamos a la cama.

Mañana regresamos a casa.

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 20


De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 4. 2010. De Cañaveral a Fuenterroble de Salvatierra

Etapa 19.- Baños de Montemayor – Calzada de Béjar

Ayer, durante la subida por el asfalto desde Aldea nueva hasta Baños, hubo momentos de fuerte bajón. Sería el calor sin sombras o el cansancio de estar continuamente mirando hacia la línea blanca que delimita el arcén, lo cierto es que sólo pensar en que al día siguiente teníamos previsto ascender el Puerto de Béjar me ponía los pelos de punta. Incluso iba pensando en buscar algún autobús de línea que nos llevase hasta Castilla-León.
Al final y después del reparador descanso, seguimos nuestro plan inicial y nos vamos hasta Calzada de Béjar en una etapa corta de 12,5 km.
Poco antes de la ocho de la mañana estamos tomando un café en la máquina automática del hostal para al menos llevar algo en el estómago. Por lo que nos dijeron anoche a estas horas están los bares cerrados. Desayunaremos en el camino.

Cruzamos el pueblo en continuo ascenso buscando la N-630 y que encontramos justo en el comienzo de una restauración de los años 70 que se hizo de la calzada romana y que facilita enormemente el caminar del peregrino y aleja los temores de una dificultad insoslayable que acabe con las energías de quien esto escribe.
Ya en la calzada vemos al fondo el Embalse de Baños, junto al que pasamos ayer. Más y abajo, las casas del pueblo en el que hemos pernoctado.
Mil metros después cruzamos la carretera y por un camino en el lado izquierdo dejando Extremadura mientras grandes carteles verdes entre los árboles lo atestiguan. Hay cambios en la señalización “oficial” del sendero porque los cuadrados bloques de granito gris con azulejos amarillos o azules dan paso a los prismas blancos de Castilla y León.

Una vez coronado el puerto y al poco de iniciar el descenso paramos en una gasolinera para desayunar y al poco continuamos hasta pasar bajo la Autovía, cuyas obras han sacado a la luz restos de calzada.
El paisaje ha cambiado: ya no es la dehesa sino zona de bosque y pastos entre la sierra. Un continuado descenso sobre un buen piso nos lleva por el Camino Real de la Plata hasta el romano y reformado Puente de la Malena que nos facilita el cruce del río Cuerpo de Hombre.

Allí, un perro blanco “muerto de hambre” casi nos suplica le demos algo. Como peaje, un trozo de barrita de cereales es suficiente y continuamos.

Con el río recién cruzado a la derecha y una carretera a la izquierda avanzamos algo menos de cuatro kilómetros mientras contemplamos varios miliarios hasta que el bien delimitado sendero acaba en la pista que tenemos que cruzar.
Un fuerte repecho sobre las piedras de la antigua calzada nos lleva a la entrada de Calzada de Béjar y el Albergue Alba Soraya.

Allí encontramos a la madre e hija australianas que nos adelantaron a la salida de Baños.

El albergue es amplio y bien equipado y elegimos la opción de unas habitaciones individuales y después del obligatorio aseo recuperador damos un paseo por las calles del pueblo y nos acercamos al bar del pueblo, situado tras el Ayuntamiento donde damos buena cuenta de un aceptable menú por 8€ y nos vamos a descansar.

Mientras, Manuela (la hospitalera) ha preparado una lavadora. Las ropas la encontramos tendida al sol cuando regresamos.
El resto de la tarde la pasamos muy relajados mientras contemplamos los verdes prados y las vacas con sus becerros.

La cena la hacemos en la terraza del bar: cerveza y raciones de jamón, queso y chorizo y ya sólo queda irnos a la cama y cuando llegamos al albergue, el resto de los numerosos peregrinos (todos extranjeros) ya están durmiendo.