sábado, 28 de noviembre de 2009

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 12



De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 3. 2009. De Aljucén a Cañaveral

Etapa 12.- Aljucén – Alcuéscar

El reloj biológico me despierta sobre las seis de la mañana pero por la ventana entra muy poca luz. Está todo tan oscuro que me doy media vuelta y sigo durmiendo aunque al final, es por poco tiempo.
A las siete y media ya estamos recogiendo la mochila y saliendo a la calle.
Vamos a buscar un taxi que nos lleve hasta Aljucén pero antes un café calentito y una tostada con tomate y jamón nos permite observar el día que comienza con optimismo.
Son las nueve cuando el taxi ha dejado en la gasolinera que hay a la salida del pueblo y enseguida una flecha amarilla junto a la roja cruz de Santiago nos adentra en el Parque Natural de Cornalvo a través de un sendero en muy buenas condiciones y con una más que correcta señalización. A los pocos minutos encontramos una cruz de hierro colocada sobre un madero, obra del herrero Casiano Larios.

Un suave ascenso nos acompañará durante prácticamente toda la marcha. Y todo en un paisaje vuelve a ser muy agradable, especialmente si recordamos las etapas anteriores a Mérida. Dehesas de encinas y alcornoques nos rodearan a lo largo de toda la jornada. Estamos en el bosque mediterráneo.
Y durante el día vamos observando grandes aves que nos sobrevuelan en elevados círculos. ¿Será cigüeñas negras? ¿Buitres negros o leonados? Sin prismáticos es complicado averiguarlo por lo que dejamos que nuestra imaginación trabaje.
Una hora y media desde que comenzamos a andar llegamos a la divisoria entre las provincias de Badajoz y Cáceres, punto convenientemente señalizado con un monolito de granito (H3) instalado por la Junta de Extremadura. Allí acaba el sendero que nos ha llevado a través del Parque Natural.

A partir de aquí el caminar se hace algo más incómodo por la cantidad de piedra suelta que hay en el sendero y la continua marcha que, aunque suave, es siempre ascendente.

En otra hora y media y ya en una pista sin las incómodas piedras nos hemos situado frente a la Cruz del Niño Muerto (¿leyenda con Niño comido por los lobos?) que en algunos sitios la llaman Cruz de San Juan. Es un punto importante en la jornada porque según los mapas nos quedan unos cinco kilómetros hasta Alcuéscar y eso anima mucho al caminante.
Poco después de la una de la tarde coronamos el ascenso y en una bifurcación que encontramos seguimos las flechas hacia la derecha porque son las que indican el Albergue al que llegamos después de cerca de cinco horas de agradable caminata.

Los Esclavos de María y de los Pobres ofrecen alojamiento (que es de agradecer) en el segundo piso del edificio principal del complejo asistencial donde se distribuyen las habitaciones habilitadas para recuperarnos del cansancio. No están los muy renombrados José María y Nekane y nos atiende Angel que nos transmite las normas básicas: cierre durante un rato de 14 a 16, sobre las 22.00 se apagan las luces, la Misa de Peregrinos a las 20.00 y la cena comunitaria posteriormente, a la que pensamos asistir. Entonces preferimos irnos en busca de algún lugar donde reponer fuerzas en lugar de tomar una reparadora ducha y ya en el centro urbano, en Casa Alejandro nos proporcionan las viandas necesarias a un precio muy razonable.

Para hacer tiempo hasta la apertura del Albergue nos paseamos por el casco antiguo llegando a la Iglesia de la Asunción situada en la parte alta del pueblo y que por fuera se ve muy restaurada aunque su origen sea del Siglo XV. En nuestro reducido paseo recorremos algunas callejuelas sin mucho destacable y regresamos al Albergue.
Pasadas la cuatro de la tarde estamos preparados para la higiene diaria, empezando por una buena ducha (caliente) que reconforte nuestros cansados cuerpos. Pero el agua, sin estar helada, está muy fría.
Como hemos comido relativamente tarde, a la temprana hora de la cena no apetece y nos quedamos en la sala de estar-biblioteca escribiendo, leyendo o simplemente comentando la jornada.
Parece que no ha sentado muy bien que no bajemos a cenar: lo sentimos.
Más tarde, un poco de jamón y queso que traemos en las mochilas buscan acomodo en las (ahora sí) vacías tripillas antes de irnos a dormir.
Vestidos y dentro de los sacos hemos conseguido conciliar el sueño en una gélida habitación.

Pero esto es el Camino.

Por fin, estamos empezando de nuevo

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 3. 2009. De Aljucén a Cañaveral
En Atocha estamos esperando un TALGO que sobre un larga vía de hierro nos llevará otra vez a Extremadura y allí retornaremos al Camino en el mismo punto donde lo dejamos aparcado en Aljucén, allá por el pasado abril,
Inicialmente nuestra intención era pasar la noche en el Albergue “Annalena” (ahora sólo de Ana) pero llegaremos después de cenar algo en Mérida (en Aljucén no debe estar abierto nada a esas horas) y a esas horas no nos garantizan acogida en el Albergue. Así es que pernoctaremos en el Hostal Senero de la capital autonómica y en el que hemos reservado habitaciones.
El viaje se hace un poco pesado si se consideran las casi cinco horas que hemos estado acompañados por una cohorte de chavales que vienen desde Gijón en viaje de estudios. ¡Espectacular el torrente de voz que gasta la chiquillería de hoy día! Afortunadamente, el último tramo resulta más soportable porque se han bajado en Cáceres.
Otra cosa que ayuda la pesadez del viaje son las infraestructuras ferroviarias. En el país que presume de tener más AVEs que nadie, nos hemos olvidado de los trenes que relacionan territorios y sus gentes. Especialmente desde Cáceres, la velocidad cae dramáticamente debido a la cantidad de curvas y al aparente mal estado de las vías. Una pena.
En esta época del año, a partir de las seis de la tarde comienza a oscurecer por lo que cuando el tren se detiene en nuestro destino (con algo de retraso) a las 21:30, parece noche cerrada. Recogemos las mochilas y saltamos al andén en el que nos espera Mayse, que llegó a media tarde, y nos dirigimos directamente al Hostal, dejamos los bártulos y salimos rápidamente en busca de algún sitio donde cenar.
Aunque parezca mentira, Mérida en un domingo por la tarde-noche está vacía. Por suerte encontramos un mesón de estilo alemán en el que damos buena cuenta de unas cervezas (nacionales) que riegan unas raciones de carne con tomate, solomillo al ajillo, delicias de cabrales,… Muy ligerito todo ello para entonarnos el cuerpo.
Un cafelito en el camino a la cama y hemos terminado esta primera jornada (de aproximación) al inicio de nuestra Tercera Fase.

domingo, 25 de octubre de 2009

El Camino ya está aquí de nuevo

De ahora en dos semanas estaré a bordo del TALGO que me llevará a Extremadura con parte del equipo porque el próximo domingo día 9 comenzará oficialmente la Tercera Fase de éste prolongado Camino a Santiago.
Definitivamente regresaremos a Mérida, donde esperamos estar sobre las diez de la noche aunque todavía no sabemos si pernoctaremos allí o iremos en taxi hasta Aljucén que es el punto de partida de las etapas que pretendemos hacer en una semana para cubrir una distancia aproximada de 152 kilómetros.
En la etapa entre Cáceres y el Embalse de Alcántara batiremos nuestro record de distancia: algo más de 33 kilómetros y serán seis etapas con paradas en Alcuéscar, Valdesalor, Embalse de Alcántara, Grimaldo, Carcaboso y Oliva de Plasencia (etapa que terminará en el Arco de Cáparra).
He contactado con el Ayuntamiento de Valdesalor y me informan (lo mismo que hace tres o cuatro meses) que todavía no han abierto un Albergue nuevo que tiene preparado, por problemas burocráticos. Cuando lleguemos, decidiremos si dormimos en el Salón de Actos o prolongamos la jornada hasta Cáceres.
A partir de hoy, las consultas en todas las páginas de Internet que ofrecen información meteorológica recibirán continuas visitas. De momento nos dice que Mérida (dentro de quince días) nos espera con chubascos dispersos y temperatura agradable.
Me voy a sacar material para ir guardando en la mochila. ¡Que no me pille el toro!

martes, 8 de septiembre de 2009

En tiempos de espera


Seguimos por aquí. Esperando el momento para cargar las mochilas y retomar el camino que dejamos en Aljucén allá por mayo.
El plan que estamos elaborando contempla hacer otras cinco o seis etapas el próximo mes de noviembre, desde Aljucén a Carcaboso, lo que serían unos 143 Km. a añadir a los 233 que llevamos en nuestras piernas y que equivale a decir que hasta Santiago ya sólo nos restan poco más de SEISCIENTOS. Y no es el popular modelo de SEAT.
De momento ya tenemos comprados los billetes de Tren para llegar hasta Cáceres y desde allí, en autobús, nos situaremos en Aljucén. Los he comprado por Internet y hemos conseguido un precio muy interesante que incluso compensaría la cancelación, si ésta llegase.
Yo estoy de "gestiones médicas". De momento no supone ninguna limitación para la marcha pero ya se sabe que en estos casos la última decisión depende del galeno de turno.
Confío en que el equipo se conforme igual que en la que he llamado Fase 2. Cuatro peregrinos que deben coordinar sus libranzas y vacaciones complica un poco el tema pero seguro que al final lo solventamos.
Como siempre, sigo mi preparación física haciendo fondo en el gimnasio y a la vez, mirando el almanaque para asegurarme que noviembre está a la vuelta de la ... hoja.

lunes, 1 de junio de 2009

Regreso temporal a casa

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén

El Albergue en Aljucén se completó a lo largo de la tarde y por la mañana desde bastante temprano los peregrinos se van preparando para iniciar los pasos que les llevaran al menos hasta Alcuéscar.
Nosotros haremos ese recorrido en otra ocasión porque hoy regresamos hasta nuestras casas.
Son las seis y media cuando Anna nos recoge en su utilitario y en unos minutos estamos en la estación de Autobuses de Mérida desde la que Avi, Vir y Mayse se marcharan en el LEDA hasta Sevilla. A continuación marchamos hasta la estación del Ferrocarril para esperar el TALGO de las 08:20 con destino Madrid.
Aprovechamos para desayunar y reitero a Anna nuestro agradecimiento por el detalle de acercarnos a nuestros respectivos puntos de regreso y nos despedimos.


TALGO 197 en la estación de Mérida

Puntualmente el tren se acerca procedente de Badajoz y enseguida ya estoy instalado en mi asiento. Es el último de la última fila del último vagón.
A partir de ahí y mientras el cansancio del madrugon me está venciendo, por la ventanilla pasan rápidamente paisajes de dehesas de los Parques de Cornalvo y Monfrague y a través de mis medio cerrados ojos pasan todos y cada uno de los detalles que permanecerán para siempre en los recuerdos sobre lo ocurrido en estos cinco días de Camino.

Desde mi asiento

Y sin darme cuenta también estoy pensando cuando y como estaremos con la mochila en las espalda y la mirada puesta en aquella encina que tiene en su corteza pintada una flecha amarilla indicando el rumbo a seguir.
Casi a la una de la tarde, la Estación de Atocha me recibe con su habitual bullicio y doy por terminada esta segunda Fase del Camino de Santiago de Diegolev.

lunes, 25 de mayo de 2009

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 11

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén

ETAPA 11.- Mérida – Aljucén

Esta noche el Albergue ha estado completo y ello quiere decir que siendo tantos los que deben reiniciar la marcha, desde muy temprano el apagado ruido y los murmullos hacen su aparición en la amplia sala.
Como siempre el aseo es ligero: cara, dientes y pelo. Terminamos de recoger las mochilas y ya estamos andando dirección a los restos del Acueducto de los Milagros porque sabemos que por allí está la salida de Mérida.Cruzamos las vías del ferrocarril con el Acueducto a nuestra derecha y tan pronto encontramos un bar abierto entramos para tomar un desayuno y como casi siempre damos buena cuenta de un café y tostada con jamón con tomate y aceite. Hoy hemos optado por zurrapa de cerdo que es una especie de paté para untar en el pan.

Albergue y Acueducto de los Milagros

La salida de la ciudad se efectúa por una zona poco agraciada. No tiene nada que ver con las maravillosas ruinas de la época romanas que abundan en cualquier rincón. Hay obras pero encontramos fácilmente la carretera hacia el Embalse de Proserpina.
Caminando hacia Proserpina

De momento y durante los próximos seis kilómetros andaremos sobre asfalto y lo más peligroso: por una estrecha carretera con curvas que prácticamente no tiene arcén y los conductores circulan a bastante velocidad. Hay que tener mucha precaución. Salvo ésta situación el recorrido es de dificultad baja en una continua subida no muy dura.
Poco después de los primeros tres kilómetros coronamos al alto y frente a un sencillo crucero hacemos un alto para recuperar fuerzas.
El embalse de Proserpina abastecía de agua la Emérita Augusta romana y hoy es zona de recreo, con merenderos, restaurantes y playa.
Proserpina

Todo está cerrado y salvo un solitario pescador y un grupo de escolares que visitan el dique de sillares, no nos cruzamos con nadie. Después de pasar cerca del puesto de la Cruz Roja (también cerrado) nuevamente circulamos por el asfalto de una carretera con muy poca circulación. Desde lo alto de unos cerros unos bovinos sorprendidos por nuestra presencia nos miran e inmediatamente nos ignoran.
Otros tres kilómetros y medio nos sitúan en un desvío a la izquierda que nos permite abandonar el asfalto para entrar en unas dehesas que ya no abandonaremos hasta el final de la jornada.
Para localizar el sendero tenemos algunos problemas porque la señalización no es muy completa y las flechas escasas.
El sendero

El sendero es muy cómodo y ocasionalmente unas encinas al borde del mismo nos proporcionan sombra que agradecemos sinceramente. En una de ellas, nos sentamos para comer algo de fruta. Otros tres kilómetros y ya tenemos a la vista la población de El Carrascalejo a la que accedemos a través de una calle que como no podía ser de otro modo tiene por nombre Camino de Santiago.
El Carrascalejo

Camino de Aljucén

Mientras avanzamos hacia la Iglesia de la Consolación, justo después del Ayuntamiento, seguimos sin encontrarnos con seres humanos y eso que ya estamos cerca del mediodía. A la salida del pueblo y después de descender una suave cuesta nos detenemos al pie de un viejo crucero que hace de pórtico hacia una buena pista de tierra por la que andaremos poco más de una hora hasta encontrarnos frente al tercer crucero del día y desde el que tenemos una vista general del pequeño pueblo que es Aljucén.
Aljucén
Lo primero que encontramos junto a las primeras casas es un cartel colgante que anuncia unas Termas de las que se hablará posteriormente.
Nos cruzamos con un par de peregrinos conocidos de jornadas anteriores y nos avisan que la única tienda está a punto de cerrar cuando aun no son ni las dos. Y por la tarde no abre.
Ignorantes o confiados, lo cierto es que seguimos hasta el Albergue Annalena que no está completo pero sí bastante ocupado por lo que colocamos las mochilas en las primeras literas que encontramos libres.
Tiene una amplia sala-estar que también se utiliza con camas plegables y tres habitaciones. Dos baños y en el exterior, un patio con cobertizo. Al llegar la noche todos los sitios para dormir están ocupados: lleno total.
Aljucén
Salimos en busca de algún lugar donde comer algo y nos acercamos al Bar Sergio. Entiendo ahora porque es el recomendado en casi todas las guías: es el único en todo el pueblo. Pero desgraciadamente (y no son ni las dos de la tarde) una señora que ni siquiera nos abre la puerta nos grita que ya no dan comidas. Y si queremos cenar tenemos que apuntarnos ahora y volvamos a las siete de la tarde. Como se puede ver, todo facilidades.
Nos vamos al Kiosco El Parque, en la plaza frente a la Iglesia donde con mucha amabilidad nos ofrece a precios muy económico platos combinados a base de dos huevos fritos y opciones de jamón, panceta, chorizo,… a elegir. Para incrementar el gasto, abundantes cervezas muy frías. Volveremos para cenar y entonces la opción será de bocadillos…. Y más cerveza.
Termas
Sobre las cinco de la tarde tenemos reserva en las Termas Aqua Libera. Baños en piscinas de agua fría, templada o caliente y un fantástico “masaje emperador” durante una hora que recibimos en el atrio de la casa.
Habíamos organizado esta sesión como auto homenaje como final de esta fase en nuestro camino a Santiago. Es totalmente recomendable la visita y, por supuesto, el uso de las instalaciones. Por cierto, tiene un apartamento que se puede alquilar para alojamiento.
El pueblo (247 habitantes en el censo de 2007) se hace extraordinariamente pequeño y no hay otra cosa que hacer que dejar pasar el tiempo, lo que no es poco.
Hemos quedado en el Kiosco El Parque con Anna. Es la propietaria de la casa rural La Bóveda y que gestiona el Albergue Privado para peregrinos en el que nos alojaremos esta noche. Nos pone el sello en las credenciales y acordamos la hora en que mañana por la mañana nos recogerá para que, muy amablemente, nos lleve en su vehículo particular hasta las Estaciones de Autobuses y de Ferrocarril de Mérida para regresar a nuestros lugares habituales de residencia.
Porque no recuerdo si lo he dicho antes pero lo cierto es que en este lugar finalizamos esta segunda fase de nuestro camino hasta Santiago de Compostela.
A dormir y buenas noches.

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 10

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén


ETAPA 10.- Torremejía - Mérida

La etapa de hoy puede considerarse como de tránsito. Poco más de dieciséis kilómetros nos separan de un hito importante en la Vía de la Plata, como fue Emérita Augusta y hoy capital de Extremadura.
Después de desayunar en el mismo Hotel Millenium (incluido en el precio del alojamiento) han pasado algunos minutos de las siete de la mañana cuando iniciamos la marcha.
Hoy somos cuatro los peregrinos que caminamos juntos porque se ha unido al grupo Mayse. Desde Jerez de la Frontera se ha desplazado hasta Torremejía para reiniciar su andar porque hasta ahora la ha hecho con la Asociación de Amigos del Camino de Sevilla, en jornadas organizadas algunos fines de semana.
Es seguidora de este blog desde sus inicios, allá por septiembre del pasado año. Siguiendo nuestros proyectos decidió apuntarse y aquí está. ¡Bienvenida y Buen Camino!
En el Hostal Milenium y los primeros pasos del día
Los primeros kilómetros se van pasando mientras nos movemos por pistas de tierra paralelas a la N-630. No resulta demasiado incomodo excepto algunos tramos embarrados por las últimas lluvias.
El perfil es llano y con ligera pendiente negativa lo que facilita ganar distancia rápidamente por lo que a la hora después del inicio, estamos cruzando un paso a nivel sin barreras y continuamos en busca de un desvío que nos situará sobre el asfalto de la carretera nacional.
Los campos y el tren

Afortunadamente sólo son poco más de dos mil metros cuando de nuevo estamos en el camino de tierra que ya no abandonaremos hasta nuestro destino: Mérida.
Viñas y cereal nos rodean cuando seguimos avanzando después de dejar la carretera asfaltada y a un paso bastante aceptable.
Desde hace un par de día estamos observando que en muchos sitios coincide la flecha amarilla que nosotros seguimos junto a otra verde que indica el sentido contrario. Hoy hemos descubierto que es la indicación que ayuda a quienes marchan de romería hasta el Rocío en Almonte.

Llegando a Mérida
Son las diez de la mañana cuando en la lejanía y entre olivos podemos divisar las manchas blancas que corresponden a las edificaciones de la ciudad.
Pero como siempre, los últimos metros parecen interminables. Además, la entrada a Mérida se hace atravesando zonas en obras y cementeras cuya vista no es muy bella, que digamos.
Por fin, pasadas las once de la mañana estamos frente al Puente Romano sobre el río Guadiana que atravesamos con alegría crecida sabiendo que al otro lado encontraremos el Albergue.

Puente Romano sobre el Guadiana y la entrada en Mérida

La Loba con Rómulo y Remo nos da la bienvenida en la otra orilla y después de unos metros caminando por el paseo que bordea el río divisamos el Albergue de Peregrinos “Molino de Pan Caliente”.

Albergue de Peregrinos "Molino de Pancaliente"
Nos registramos y ocupamos nuestras camas sólo para dejar las mochilas porque es hora de cierre hasta después del mediodía.
Ocupa una antigua edificación que fue (lo dice su nombre) un Molino. Bien rehabilitado todavía fluye el agua por debajo y se encuentra situado en un parque al borde del río. Es muy tranquilo y relajante. Dos aseos con ducha y sala con literas muy amplia. Quizás faltaría una cocina y alguna sala que hiciese las veces de comedor.
Por la noche estará completo en todas sus plazas.
El entorno del Albergue
Nos vamos a dar una vuelta por Mérida pero no hacemos una visita turística: el templo de Diana, la Plaza de España y el Acueducto de los Milagros y buscamos algún lugar para comer. Elegimos el restaurante Casa Benito (al lado está el mesón del mismo nombre, si se prefiere tapear), junto al Mercado y lo cierto es que comimos bastante bien y a precio razonable.
Aprovechamos para pasarnos por la estación de RENFE y comprar el billete de tren que me llevará pasado mañana hasta Madrid. El resto de expedicionarios vuelven a Sevilla en autobús.
Poco después de las cuatro de la tarde estamos de regreso y después de hacer una ligera colada aprovechamos la soleada tarde para descansar pegados a la pared, como las lagartijas al sol.
Tomando el sol
Ya empieza a oscurecer cuando cenamos alguna fruta que compramos por la mañana, dado que la comida del mediodía ha sido un “homenaje” y no hay sitio para más.
Tampoco hay tiempo para mas y nos vamos dormir preparándonos mentalmente para la etapa de mañana, última de ésta segunda fase.