viernes, 14 de noviembre de 2008

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 4

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 1. 2008. De Sevilla a Fuente de Cantos

ETAPA 4.- Almadén de la Plata – El Real de la Jara

Sobre las ocho y media, los cuatro pernoctantes (Joo ya se ha ido a las cinco y media) empezamos a recoger nuestra impedimenta. Como ya tenemos suficiente soltura en un pis pas está todo en su sitio.
He salido a la calle y tengo el presentimiento que hoy no nos libramos de estrenar nuestros ponchos para la lluvia. El suelo se encuentra mojado y nubes muy negras cubren todo el cielo mientras los cerros próximos a Almadén están cubiertos por niebla y el viento trae y lleva nubarrones a gran velocidad.
Nos despedimos de Enmanuel y buscamos algún bar abierto donde desayunar. En el Bar Antonino tres cafés con leche y tres tostadas enormes de tierno pan de pueblo, aderezada con zurrapas y patés ibéricos, aceite y tomate a gusto del consumidor son 6€ por todo.

Saliendo de Almadén; El vigilante de la dehesa; La casa de la Postura

Camino adelante dejamos atrás la Plaza de Toros y enfilamos el camino transitando por vías interiores de varias fincas en las que una y otra vez nos topamos con bellísimos ejemplares de cerdo ibérico, solos o en piaras y que a estas horas del día ya nos están alegrando la vista.
Pasamos cerca de la Casa de la Postura y siempre rodeados de un paisaje de dehesa vamos descendiendo continua y suavemente hasta que pasada una cancela tenemos que cruzar el Arroyo de la Víbora.

Camino del Arroyo de la Víbora

Ahora nos enfrentamos con el incidente del día ya que al traspasar la cancela que permite el paso al arroyo las flechas indicadoras están pintadas en piedras al otro lado de la alambrada. Después de avanzar algunos metros y al no ver otra cancela por la que pasar elegantemente hemos iniciado el proceso alternativo y al saltar la valla de alambre y púas ha habido un ligero accidente del que ha salido malparado algún que otro pantalón.
Una vez retomada la marcha, a unos doscientos metros hay una cancela por la que deberíamos haber cruzado. En resumen: la indicación es confusa y da lugar a error.
Siguiendo el trazado del arroyo, que prácticamente no es tal sino un hilo de agua oculto entre las hierbas, avanzamos en un tramo totalmente llano hasta que encontramos el desvío a la derecha que nos permite el acceso a la Finca Arroyo Mateos.

En la Finca Arroyo Mateos

Una vez superada la casa del guarda una cancela nos da paso a lo que parece una “granja escuela”. En una secuencia sin interrupción y caminando entre los propios animales podemos observar cabras, ovejas, vacas y cerdos. Ejemplares grandes y pequeños que curiosos o indiferentes deben pensar de donde vienen estos humanos tan cargados y tan felices.
También aparece algún perro guardián que parece molesto por interrumpirle en su descanso. Se levanta, se despereza, abre la boca como la entrada de un túnel y se vuelve sobre sus pasos y convencido que el amo está orgulloso por hoy de su trabajo.
El trayecto sigue siendo bellísimo y agradablemente en descenso suave. Pero ojo: casi todo lo que sube, baja y por aquello del equilibrio universal todo lo que baja, sube.

Descanso en el Arroyo Mateos (o de la huerta del corcho); Trepando; Primavera en Noviembre

El punto mas bajo del recorrido de hoy está en el Arroyo Mateos (o de la Fuente del Corcho) donde hacemos un pequeño alto para rehidratarnos, comernos unas naranjas y regocijarnos al pensar que esta jornada está prácticamente vencida.
Después iniciamos un ascenso, al principio suave y asumible que poco a poco se convierte en una pendiente interminable y espectacularmente dura. Lo peor es que nos ha pillado por sorpresa porque no lo imaginábamos así conforme a la información de las guías que llevamos.
Las paradas para recuperar el aliento son continuas y después de cada curva aparece otro tramo similar o aun peor y que finaliza en otra curva tras la que no se ve que viene después.
Esto parece no tener fin. Pero afortunadamente y como es obvio, lo tiene. Eso sí: me ha dejado el cuerpo para el arrastre.

Después de otra nueva cancela un cartel anuncia que estamos en el Camino Viejo de Almadén o de Los Bonales y que nos faltan 5,8 km para nuestro destino.

En el tramo final de la Colada de los Bonales
Una bajada pronunciada por el medio de fincas y rodeados por rebaños de ovejas nos acerca a un camino ancho y llano que atraviesa las fincas de El Encinarejo y del Chaparral.

Fincas El Encinarejo y El Chaparral; Monolito a José Luis Salvador
Al final de aquel y al coronar una pequeña cuesta nos encontramos con la primera edificación que resulta ser el Albergue Municipal.

Entrando en El Real de la Jara y el Albergue
Situado estratégicamente para regocijo del cansado peregrino tiene como inconveniente que las llaves se recogen en el Ayuntamiento que está justamente en el extremo opuesto del pueblo y al final de una bajada. Cumplimentados los formalismos (pago de los 8€, rellenado de una ficha y recogida de llaves) toca rehacer el camino pero ahora de subida.
El albergue está bien equipado con material nuevo, mantas, agua caliente y aseo bastante limpio. Un primer comentario igual que lo sugerido para el albergue de Castilblanco: algún sistema de calefacción sería de agradecer para mitigar el frío de estas noches serranas.
Y el otro, mucho más importante, se refiere a la seguridad: el interruptor de la luz del cuarto de aseo (al menos en la segunda habitación de la planta superior) está en el interior del mismo, en la pared que resulta mojada por el agua de la ducha. Aparte que posiblemente no cumpla las normas, puede resultar muy peligroso. También: la ducha no tiene “plato” y el agua cae directamente al suelo con el riesgo de resbalón del agotado peregrino.
En todo caso, gracias por el albergue y la hospitalidad de El Real de la Jara.
Bajamos hasta el Ayuntamiento para formalizar los asunto de albergue y en el casco urbano la Ermita de Ntra. Sra. de los Remedios (que estaba cerrada) y la Iglesia mudéjar de San Bartolomé son dos lugares interesantes para visitar.
El Castillo desde la Plaza del Ayuntamiento; Iglesia de San Bartolomé; Ermita de Ntra. Sra. de los Remedios
Después de asearnos hemos regresado al centro del pueblo donde, cerca del Ayuntamiento, en La Cochera hemos tomado el menú del día por 8e y que está muy bien.
Para aprovechar un poco la tarde hemos subido al castillo. Hay un sendero de un km que con su inevitable cuesta nos permite observar una magnifica panorámica del pueblo y sus alrededores, incluso el sendero que tomaremos mañana.
El castillo, medieval, ha sido restaurado con suficiente buen gusto. El patio de armas y las torres todavía en pié dan idea de la importancia que debió tener en la defensa de la frontera.
El Castillo medieval de El Real de la Jara
Ya es noche casi cerrada así que compramos algo de fruta y un poco de jamón para irmos al albergue a descansar y estar en forma mañana.
Por cierto: la lluvia ha vuelto a respetarnos en la jornada de hoy.

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