domingo, 16 de mayo de 2010

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 21



De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 4. 2010. De Cañaveral a Fuenterroble de Salvatierra

Etapa 20.- Calzada de Béjar – Fuenterroble de Salvatierra

El desayuno no estaba incluido en el precio del alojamiento pero por 3€ adicionales nos hemos tomado la clásica leche con café o cola cao, zumo de naranja y tostadas.
El albergue ha tenido buena ocupación esta noche: dos australianas y muchos italianos, un oriental, varios holandeses y alemanes y cuatro españoles. Así que como suele ser habitual, cuando nos levantamos ya está el ambiente alborotado y algunos de los peregrinos han partido y nosotros lo hacemos cuando son las siete y media. Cruzamos Calzada por la calle que parte en dos el dormido pueblo y en la que se puede contemplara la arquitectura propia de la zona.


Y de esta manera nos situamos en el sendero que nos llevará hasta Valverde de Valdelacasa caminado ocho kilómetros y medio totalmente llanos y para los que necesitamos unas dos horas entre pastizales con tranquilas vacas también desayunando.

Como todavía no hace calor, el recorrido se hace en cómodo andar y varios miliarios nos recuerdan que transitamos sobre lo que fue la calzada romana. Sólo el vadeo del río Sangusín nos presenta alguna dificultad.

Uno de los cruceros que rodean la localidad nos da la bienvenida a la pequeña población de unos 65 habitantes, poco antes de llegar frente al Albergue Casa Nenúfar que aparece cerrado quizás por falta de peregrinos. Poco después la Iglesia, que como no podía ser de otra forma está dedicada a Santiago Apóstol.

Cruzamos el pueblo para seguir nuestro camino y un curioso monumento al peregrino nos despide justo cuando otra vez el asfalto, en subida y con calor nos va a acompañar durante los próximos cuatro kilómetros. Poco o nada que contar.

Pensamos hacer un alto en Valdelacasa pero no nos apetece subir hacia el barrio alto y por la parte baja todo está cerrado por lo que seguimos callejeando y ya a la salida entramos en una pista asfaltada para hacer la última parte de la jornada.
A la sombra de unos árboles tomamos algo de fruta y retomamos el andar durante un kilómetro y medio hasta que encontramos una salida a izquierda, en una zona con varias señales amarillas hacia varias direcciones, incluso borradas, que nos hacen dudar.
Pero avanzamos 500 metros y encontramos un cruce donde confluyen indicaciones de la ruta GR-100, la Vía de la Plata, la Cañada Real Soriana,…

Iniciamos el que creemos último tramo de la etapa iniciando una subida para encontrarnos a la derecha lo que alguien ha llamado “Bosque del Peregrino”: un miliario, un chozo caído y un anuncio de un equipo de baloncesto de Salamanca.
Robledales secos con muy mal aspecto nos escoltan hasta que nos aproximamos a la carretera que lleva a Fuenterroble.

En el cruce, unas flechas nos indican que debemos caminar por la carretera aunque después nos percataremos que era posible continuar por un camino de tierra que vamos observando a la izquierda hasta que 5 horas después de iniciar la jornada estamos frente al Albergue parroquial.



El hospitalero Giovanni nos sella la credencial y nos acompaña a una de las salas que sirve de dormitorio. Esta tiene 18 camas en literas, baños y aseos, todo casi nuevo y realmente es muestra de la hospitalidad con los peregrinos que ofrece el párroco Blas Rodríguez. Muy bien todo.

Preparamos los sacos en las literas, nos aseamos y nos vamos en busca de algún sitio donde comer. En el Mesón El Pesebre preparan menú para el peregrino y allí tratamos de saciar nuestro apetito.
Un rato tumbado en la cama y mientras los otros dos caminantes siguen durmiendo me voy a visitar el pueblo.

En la iglesia de Santa María la Blanca, de sólidas piedras, destaca la torre con una escalera de caracol exterior, así como un pequeño parque temático en un lateral que muestra como era la construcción de las calzadas romanas.

Ya el equipo al completo, tomamos en consideración finalizar esta fase aquí. De otro modo acabaríamos en San Pedro de Rozados y el retorno futuro sería mas complicado por cuestiones de transporte. Por si fuese poco el motivo, unas nubes negras nos ayudan a tomar la decisión mas acertada.

El Albergue está lleno de peregrinos y aún por la tarde ya avanzada siguen llegando, especialmente los ciclistas que hacen jornadas muy extensas.
Nosotros nos dedicamos a las escasas distracciones que ofrece el pueblo y después de cenar nos vamos a la cama.

Mañana regresamos a casa.

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