sábado, 25 de abril de 2009

Vía de la Plata a Santiago, Etapa 7

De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén

ETAPA 7.- Fuente de Cantos – Zafra

Ya está amaneciendo cuando algún ruido que se supone procede de otros peregrinos nos ayudan a despertar y tras un aseo personal rápido en el comedor tomamos un desayuno bastante flojo: café recalentado en microondas y dos tostadas de pan de molde.
Pagamos los 12 €, nos sellan la credencial para indicar el recomienzo del Camino y a las nueve de la mañana estamos en la calle pero la señalización por el interior de Fuente de Cantos no la entendemos muy bien y lo cierto es que después de quince minutos, cuando ya estamos frente a una pista de tierra que alguien nos ha dicho es el camino a Calzadilla, decimos volver sobre nuestros pasos en busca de las indicaciones “clásicas”: la flecha amarilla de toda la vida.

Porque las señales que están en el suelo de algunas aceras (el Arco de Cáparra y las trazas que indican la dirección a seguir) se integran tan bien que no es difícil pasar sin darte cuenta.
Paso a tras y con las indicaciones de la Guía de El País-Aguilar localizamos un sendero frente a la explanada junto a la ermita de San Juan. Ya en el caminar, empezamos a descubrir que estas etapas serán bastante diferentes a las recorridas entre Guillena y Monesterio. Allí el paisaje resultaba a veces espectacularmente bello, por las dehesas que atraviesa la ruta. Ahora nos parece que casi todo se va a reducir a devorar kilómetros de caminos agrícolas entre infinitas extensiones de cereales. Enseguida tenemos a la vista el primero de los pueblos que cruzaremos en la jornada de hoy: Calzadilla de los Barros.
Son ya casi las diez y media y las calles aparecen desiertas. ¡Y no es festivo! A la espalda del Ayuntamiento localizamos el Hogar del Pensionista donde nos tomamos el segundo café del día y esta vez acompañado de una buena tostada con aceite y jamón serrano. Allí mismo nos sellan la credencial y seguimos la marcha.
Avi tiene un problema “técnico” con una cremallera de la mochila y los diversos imperdibles que ponemos como parches no consiguen solucionarlo. Nos dicen que en Zafra (final del trayecto de hoy) es posible que un zapatero del que nos proporcionan indicaciones para localizarlo resultará de ayuda.

Muchas son las recomendaciones para no perdernos la visita a la Iglesia Parroquial del Salvador que hoy no podemos tener en cuenta. La etapa de hoy preve un alto kilometraje para nuestro lento caminar y no tenemos ningún minuto que perder. Así que por la calle que tiene el nombre de nuestro destino abandonamos Calzadilla para entrar en una pista de tierra que nos llevará a la siguiente población: Puebla de Sancho Pérez.


Inmensa llanura de campos de labor nos acompañan durante unos diez kilómetros hasta que junto a arroyo Gordillo cruzamos una carretera y hacemos una alto para comer algo de fruta.
En la distancia observamos las figuras de algunos peregrinos que nos han precedido en la salida del Albergue.
Son tres pero uno de ellos parece llevar un paso mas largo y poco a poco se pierde en las ondulaciones del horizonte. Cada vez les tenemos más cerca porque parece que van casi de paseo: quizás sea una buena técnica el salir mas temprano y no forzar en exceso la marcha.
Cuando calculamos que faltan unos dos kilómetros y medio para Puebla les alcanzamos. Resulta ser una pareja formada por asturiana y alemán que se toman la marcha con una tranquilidad mayor que nosotros, lo que ya es decir.
Caminamos juntos unos minutos mientras nos contamos anécdotas y proyectos. Pretendemos llegar a Puebla de Sancho Pérez sobre las dos de la tarde con la intención de comer algo y después continuar hasta Zafra por lo que nos despedimos y aceleramos el paso.
Tal lo previsto llegamos al punto intermedio pero cambiamos de planes y decidimos seguir hasta el final de la etapa.
Nos sellan la credencial en el Ayuntamiento, tomamos un refresco sentados en un banco de la Plaza y salimos dejando a nuestra espalda la Iglesia Parroquial de Santa Lucía.
Son poco más de cuatro kilómetros los que recorremos por caminos de tierra hasta divisar la estación del ferrocarril a la que llegamos bordeando la playa de vías y vagones areneros estacionados allí hasta que al final giramos a la derecha y pasamos por detrás de un edifico de ladrillo visto y aires mudéjares que en su momento debía ser la antigua estación u oficinas administrativas. Hoy día, en estado de abandono.
Al salir de la estación, ya estamos en Zafra pero nos queda recorrer una interminable Avenida de la Estación hasta llegar a la Plaza de España y finalmente al Albergue después de unas siete horas de marcha.
Justo en la puerta y mientras esperamos que nos abran, comienza a llover. Al menos hemos salvado la amenaza de lluvia durante la primera jornada.
Nos registramos y vamos a la habitación asignada. Seis camas en tres literas, un aseo con ducha y una taquilla por cama. Todo bien aunque bastante ajustado en el espacio.
El Albergue (del Proyecto Alba Plata) es el antiguo Convento de San Francisco rehabilitado con gusto. Tiene un pasillo con habitaciones a derecha e izquierda con nombres órdenes religiosas (Cister, Temple,…) y una sala de descanso con mesa, sillas, sofás y televisión.
Una pequeña cafetería y un pequeño patio que aprovecha parte del Claustro del antiguo convento completan la instalación.
Sigue lloviendo pero ahora con mas fuerza y salimos en busca del zapatero que puede arreglar la mochila de Avi. Lo hace a cambio de que pongamos una vela al Santo cuando lleguemos a Santiago lo que se acepta pero sin compromiso de fecha por nuestra parte.
Aprovechamos para pasar por la Oficina de Turismo porque sorprendentemente, en el Albergue no tienen sello para la Credencial del Peregrino. ¡Increíble!.
Zafra parece ser un interesante destino para una escapada de fin de semana por lo que lo dejo anotado en mi “disco duro” a la espera de una buena ocasión.
Compramos fruta y un poco de queso para la cena y regresamos al Albergue.
La jornada, por aquello de ser la primera nos ha dejado un tanto cansados así que lo mejor es irse a la cama.
El Albergue ha puesto el cartel de “No hay entradas”. Mucho “bicigrino” extranjero.
Y sigue lloviendo a mares.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que nostalgia me da al leer lo ocurrido en la etapa 7, es cierto que el albergue es muy bonito pero tiene sus grandes carencias, como la del sello ó la cafeteria que brilla por su ausencia hasta por la mañana, cuando nos sorprenden con el pequeño desayuno, pero quedan las mas interesantes.