De Camino a Santiago por la Vía de la Plata. Fase 2. 2009. De Fuente de Cantos a Aljucén |
ETAPA 11.- Mérida – Aljucén
Esta noche el Albergue ha estado completo y ello quiere decir que siendo tantos los que deben reiniciar la marcha, desde muy temprano el apagado ruido y los murmullos hacen su aparición en la amplia sala.
Como siempre el aseo es ligero: cara, dientes y pelo. Terminamos de recoger las mochilas y ya estamos andando dirección a los restos del Acueducto de los Milagros porque sabemos que por allí está la salida de Mérida.Cruzamos las vías del ferrocarril con el Acueducto a nuestra derecha y tan pronto encontramos un bar abierto entramos para tomar un desayuno y como casi siempre damos buena cuenta de un café y tostada con jamón con tomate y aceite. Hoy hemos optado por zurrapa de cerdo que es una especie de paté para untar en el pan.
Albergue y Acueducto de los Milagros
La salida de la ciudad se efectúa por una zona poco agraciada. No tiene nada que ver con las maravillosas ruinas de la época romanas que abundan en cualquier rincón. Hay obras pero encontramos fácilmente la carretera hacia el Embalse de Proserpina.Caminando hacia Proserpina
De momento y durante los próximos seis kilómetros andaremos sobre asfalto y lo más peligroso: por una estrecha carretera con curvas que prácticamente no tiene arcén y los conductores circulan a bastante velocidad. Hay que tener mucha precaución. Salvo ésta situación el recorrido es de dificultad baja en una continua subida no muy dura.
Poco después de los primeros tres kilómetros coronamos al alto y frente a un sencillo crucero hacemos un alto para recuperar fuerzas.
El embalse de Proserpina abastecía de agua la Emérita Augusta romana y hoy es zona de recreo, con merenderos, restaurantes y playa.Proserpina
Todo está cerrado y salvo un solitario pescador y un grupo de escolares que visitan el dique de sillares, no nos cruzamos con nadie. Después de pasar cerca del puesto de la Cruz Roja (también cerrado) nuevamente circulamos por el asfalto de una carretera con muy poca circulación. Desde lo alto de unos cerros unos bovinos sorprendidos por nuestra presencia nos miran e inmediatamente nos ignoran.
Otros tres kilómetros y medio nos sitúan en un desvío a la izquierda que nos permite abandonar el asfalto para entrar en unas dehesas que ya no abandonaremos hasta el final de la jornada.
Para localizar el sendero tenemos algunos problemas porque la señalización no es muy completa y las flechas escasas.El sendero
El sendero es muy cómodo y ocasionalmente unas encinas al borde del mismo nos proporcionan sombra que agradecemos sinceramente. En una de ellas, nos sentamos para comer algo de fruta. Otros tres kilómetros y ya tenemos a la vista la población de El Carrascalejo a la que accedemos a través de una calle que como no podía ser de otro modo tiene por nombre Camino de Santiago.El Carrascalejo
Nos cruzamos con un par de peregrinos conocidos de jornadas anteriores y nos avisan que la única tienda está a punto de cerrar cuando aun no son ni las dos. Y por la tarde no abre.
Ignorantes o confiados, lo cierto es que seguimos hasta el Albergue Annalena que no está completo pero sí bastante ocupado por lo que colocamos las mochilas en las primeras literas que encontramos libres.
Tiene una amplia sala-estar que también se utiliza con camas plegables y tres habitaciones. Dos baños y en el exterior, un patio con cobertizo. Al llegar la noche todos los sitios para dormir están ocupados: lleno total.
Nos vamos al Kiosco El Parque, en la plaza frente a la Iglesia donde con mucha amabilidad nos ofrece a precios muy económico platos combinados a base de dos huevos fritos y opciones de jamón, panceta, chorizo,… a elegir. Para incrementar el gasto, abundantes cervezas muy frías. Volveremos para cenar y entonces la opción será de bocadillos…. Y más cerveza.
Habíamos organizado esta sesión como auto homenaje como final de esta fase en nuestro camino a Santiago. Es totalmente recomendable la visita y, por supuesto, el uso de las instalaciones. Por cierto, tiene un apartamento que se puede alquilar para alojamiento.
El pueblo (247 habitantes en el censo de 2007) se hace extraordinariamente pequeño y no hay otra cosa que hacer que dejar pasar el tiempo, lo que no es poco.
Hemos quedado en el Kiosco El Parque con Anna. Es la propietaria de la casa rural La Bóveda y que gestiona el Albergue Privado para peregrinos en el que nos alojaremos esta noche. Nos pone el sello en las credenciales y acordamos la hora en que mañana por la mañana nos recogerá para que, muy amablemente, nos lleve en su vehículo particular hasta las Estaciones de Autobuses y de Ferrocarril de Mérida para regresar a nuestros lugares habituales de residencia.
Porque no recuerdo si lo he dicho antes pero lo cierto es que en este lugar finalizamos esta segunda fase de nuestro camino hasta Santiago de Compostela.
A dormir y buenas noches.